viernes, 20 de agosto de 2010

El "Mayor Notable" abuelo




"Eso de durar y transcurrir

No nos da el derecho a presumir

Por que no es lo mismo que vivir

Honrar la vida."

Honrar la Vida – Eladia Blázquez



Desde hace algunos años, el Congreso de la Nación distingue con el premio “Mayor Notable Argentino” a distintas personas que contribuyeron con sus actos y sus obras al prestigio de la comunidad nacional. La celebración se realiza siempre el viernes siguiente al 17 de agosto, en coincidencia con el Día de los Notables Mayores Argentinos, y tiene como fin relacionar la "figura patriarcal" del General San Martín con los ancianos de nuestro país.

Como todo tiene que ver con todo, en homenaje también a San Martín, el 17 de agosto se recuerda a los abuelos y justamente hoy es mi abuelo materno, Arturo Ortiz Sosa, una de las personalidades que distinguen en el salón de los Pasos Perdidos del Congreso de la Nación.

Para muchos que lo conocen, el sigue siendo “el rector”, el profesor, el escritor, el periodista, el colega, el amigo. Para mí no es nada de eso: Es simplemente mi abuelo Arturo.

Seguramente, y estoy convencido de ello, los motivos que tuvieron para distinguirlo no son menores; Su incansable dedicación a la docencia, su reconocido compromiso con la comunidad educativa fundando colegios, institutos, profesorados, etc; su inclaudicable labor periodística tanto en los medios locales como nacionales; su incesante aporte a la cultura, y su inclinado amor por la escritura y la literatura, suman como mérito.

Pero para mí lo distingue mucho más todavía, el riquísimo aporte que este mismo Arturo, el íntimo, el de entrecasa; nos deja como legado desde su abuelitud, por llamarlo de alguna forma.

El Arturo abuelo es un ejemplo a seguir por su rectitud, por su disciplina, por su actitud ante las adversidades que le tocaron en su vida (que no fueron pocas), por el respeto y calidez que tiene y tuvo por quienes tuvieron la suerte de contar con su valorada amistad.

Dejo como punto aparte, por la emoción que me causa hablar de ello, el legado que más fuertemente me marcó en la vida, y es el devoto e incondicional amor que sigue sintiendo por mi abuela Idelma, pese a que hace diez años que ya no está a su lado. Es admirable como durante los casi cuarenta años de enfermedad de ella, la acompañó con delicadeza, ternura, y muchas veces sufriendo en silencio a su lado. Tan solo quien lo conoce puede dar testimonio del brillo de sus ojos cuando la recuerda a diario.

Este es el Arturo que hoy, con sus 86 años, caminando más lento y acompañado por su bastón, entrará al Congreso a recibir su distinción, acompañado desde la distancia por sus seres queridos, pero también acompañado por toda una historia de lucha, amor y perseverancia.

Será este mismo “Mayor Notable Argentino” quien a su regreso de Buenos Aires, mientras merendemos juntos, me contará sus incansables y eternas historias, que yo como un niño, quisiera escuchar por siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario